Las letras de Córdoba
domingo, 17 de mayo de 2015
Oda a Mis Profesores
-María Luisa hace que sonría.
-Gracia con su gracia,
me enseña francés.
-Luis llegó después,
pero eso no tiene nada que ver.
-Rosa canta con su voz potente,
así alegra a la gente.
-Pepi es de inglés,
me recuerda como fue.
-Chon matemáticas me da,
un chiste te contará,
aprenderás un montón
y la querrás mogollón.
-Con Teresa
hice una tarta de frambuesa.
-Jesús, con su paracaídas,
compró un billete e ida.
-María Ángeles me hizo correr
y me ayudó a comprender.
-Mercedes mi primera profesora,
no puede faltar en esta oda.
-Carolina me dio en tercero,
me lo pasé mejor que en el recreo.
-Viky nos dio en segundo,
nos comimos el mundo.
domingo, 3 de mayo de 2015
Cuarteta y Redondilla
CUARTETA
Príncipe de las montañas, (8a)infante de los ríos, (7b)
duque en los juegos de arañas,(8a)
de los cuales me río. (7b)
REDONDILLA
La tarde más clarea (7a)
y el camino yo cojo (7b)
y débilmente el rojo, (7b)
se enturbia, me marea (7a)
martes, 28 de abril de 2015
SERVENTESIO
sábado, 25 de abril de 2015
MI POEMA
miércoles, 15 de abril de 2015
Mi microrrelato de Don Quijote
LA SALUD SE FRAGUA EN EL ESTÓMAGO
En el capítulo 43 de la novela más famosa de nuestra tierra Don Quijote le dice a Sancho: “Come poco y cena más poco, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago”. Sin embargo, Sancho le hizo caso más no por su voluntad como podemos leer en el episodio del gobierno de la Ínsula Barataria.
-Soy el gobernador, y requiero poder comer este solomillo.-dijo Sancho.
-¡No puedes! esa carne puede hacerte enfermar o engordar.- rechistó el médico.
- No importa engordar, además en mi nombre ya viene la palabra “Panza”.
Pobre Sancho, pensó el mayordomo y se le ocurrió cómo ayudarle: se llevó a la cocina la comida, la guardó en bolsas, acompañó a Sancho a su cama, y después le llevó toda la comida que había guardado. Al día siguiente Sancho se despertó con un dolor de barriga increíble. Llamaron al médico, quien rápidamente se dió cuenta de lo que había pasado.
- Te lo advertí, Sancho, pero no me hiciste caso y mira lo que te ha pasado por cabezota.-le regañó el médico.
- Vale, si, pero dame un medicamento para que se me pase.- suplicó Sancho.
El médico le dió un medicamento, Sancho sanó y aprendió una valiosa lección.
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